En las anteriores entregas de la serie «Evangelismo y Fe Reformada» el pastor David Engelsma decía que para muchos la fe reformada es incompatible con el evangelismo. Que muchos han acomodado el mensaje del evangelio para acomodarlo a sus campañas evangelísticas y a lo que ellos piensan es un mejor mensaje.
La entrada de hoy habla de lo que es la fe reformada y por qué ésta no es incompatible con el evangelismo y de como no se contradice con la verdad bíblica.
Un interesante texto sobre un tema muy mal entendido hoy…
¿Qué es la fe reformada?
¿Por qué, entonces, esto imputado a la fe reformada, y a veces temido, que ella es incompatible con el evangelismo? Esto se debe a lo que la fe reformada es. Es la enseñanza de que la salvación es un regalo y trabajo soberano de Dios en Jesucristo, completamente alejado de los méritos del trabajo del hombre. El mensaje de la fe reformada es “Salvación sólo por gracia”.
Este mensaje consiste en varias verdades extraordinarias. Dios, en la eternidad, amó y predestinó para vida eterna a algunas personas de la raza humana, a diferencia de otros quienes, por el mismo decreto, Él predestinó para perdición. Esta es la graciosa fuente y fundamento de la salvación.
Dios dio a su primogenitor Hijo para morir por todos aquellos, y sólo por aquellos, quienes Él había dado a Cristo como su pueblo, para redimirlos, por medio de la expiación de sus pecados. Esta es la graciosa base de toda nuestra salvación.
Dios llama de forma eficaz, por medio del evangelio y del Espíritu Santo, a una relación salvadora con Jesús, a todos aquellos, pero sólo a aquellos, quien Él escogió y redimió. Este es el gracioso cumplimiento de la salvación. Esta obra continua, como preservación, hasta que todo el pueblo elegido, redimido, y renovado de Dios sea perfecto en gloria.
Con esas doctrinas, la fe reformada sostiene que todos los hombres son, por la caída de Adán, muertos en pecados y esclavos de Satanás, aun teniendo voluntad ellos no son libres para elegir a Cristo y la salvación sino que son incapaces de hacer otra cosa que no sea rechazar al Cristo presentado en el evangelio.
La fe reformada predica a un todopoderoso y gracioso Dios y a una humanidad impotente y totalmente depravada. Algunos dicen que una fe así no puede evangelizar. De hecho, tal fe provoca lo contrario a ella en su espíritu. Esto no puede motivar a ser celosos por el evangelismo. Y aunque pudiera motivar no tendría un mensaje para entregar.
Note bien, sin embargo, que esta acusación, o temor, según sea el caso tiene como base ciertas nociones preconcebidas acerca del evangelismo – nociones que no son bíblicas. Existe la noción de que la motivación del evangelismo es el amor de Dios por todos los hombres y el deseo de salvarlos. Existe la noción de que el mensaje del evangelismo es un amor universal de Dios, una expiación universal y una gracia universal de Dios en la predicación, todo depende en el libre albedrío del pecador, quien, se piensa, es capaz de elegir a Cristo. Existe la noción de que la eficacia del evangelismo está en la persuasión del evangelista y en la decisión del pecador.
Todas esas nociones sobre el evangelismo, corrompen la fe reformada por los intereses del evangelismo. La doble predestinación obstaculiza las misiones; y, por lo tanto, se niega la reprobación, y se proclama un amor salvador de Dios universal – los evangelistas predican a todos y cada una de las personas “Dios te ama”. La expiación limitada dificulta las misiones; y, por lo tanto, se predica una expiación universal – los evangelistas predican a todos y cada una de las personas “Cristo murió por ti”. El llamamiento eficaz del evangelio sólo para algunos restringe el trabajo misionero; y, por lo tanto, se predica que Dios es gracioso para con todos los hombres en la predicación – los evangelistas anuncian a todos sus oidores “Dios desea tu salvación y él te está ofreciendo sinceramente la salvación”. La depravación total no encaja con tal evangelismo (¿que tiene de bueno todo este amor, expiación y gracia si el pecador no puede valerse de ellos?); y, por lo tanto, se sugiere que el pecador tiene la habilidad de abrir su corazón para que Jesús entre, o se le dice que su nuevo nacimiento depende de su fe.
Con este tipo de evangelismo, la fe reformada es incompatible; tal evangelismo es el testigo enemigo. Un predicador reformado no se atrevería a participar en este tipo de evangelismo. Él no, porque teme a tener que pararse en el juicio, predicar un mensaje que roba la gloria de Dios en la salvación de los pecadores y que enseña a los pecadores a confiar su salvación en su propia habilidad y actividad. El peor evolucionista, un auténtico Charles Darwin, no será tan culpable de saquear el maravilloso trabajo de Dios como tal evangelista.
Pero esto no es evangelismo bíblico. Con el evangelismo bíblico la fe reformada es perfectamente compatible. Es falso, o absurdo, suponer que la fe reformada no puede hacer evangelismo debido a las doctrinas de la gracia que propugna. Aquellas verdades, consideradas perjudiciales para el evangelismo, son las verdades que establecen la salvación como un regalo de Dios sólo por gracia. Ellas constituyen el evangelio, las buenas nuevas. Cuan necios son los hombres, dentro o fuera de las iglesias reformadas, que niegan el evangelio, para hacer un mejor evangelismo. Ellos están diciendo que el evangelio de Dios no se puede predicar, o que no es útil para salvar a los pecadores y llevarlos a la iglesia.
Vamos a ver que las iglesias reformadas si pueden involucrarse en el evangelismo, y como lo hace. Examinaremos, a la vez, su mensaje, su método y sus motivaciones.
3 comentarios
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Eatimados hermanos gracias doy al Señor por esta página, quiero tener contacto con ustedes y poder aprender de tanto material que tienen.
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Un libro que me ayudó a entender las doctrinas de la gracia es «La predestinación de Loraine Boethner» lo recomiendo.
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Hola Andrés! Gracias por tu comentario. El libro de Boettner es excelente, gracias por recomendarlo.
Dios te bendiga.
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