Gálatas 3:10-12 y lo que Dios Exige del Hombre que Quiera Llegar a Su Presencia por Medio de Sus Buenas Obras

Los Diez Mandamientos

Los Diez Mandamientos

«Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.«

Gálatas 3:10-12

Algunas personas piensan que pueden llegar al cielo si son lo suficientemente buenas. Para lograr esto, hacen unas cuantas buenas obras, y creen que por esto Dios les premiará dandoles entrada a reino eterno. Algunos se esfuerzan y esfuerzan por ser ‘buenos’, se encierran en claustros y monasterios, se alejan de todo lo que consideran mundano, y creen que así, mediante la perfección de su comportamiento, Dios les va a salvar. Craso error. El problema está en que estas personas ponen ellas mismas el parametro por el cual Dios debe considerarles buenas, y esperan que Dios acepte este parámetro. Por decirlo de otra forma, ellos ponen el precio a la entrada al cielo y esperan que Dios acepte tal precio. Sin embargo, la cosa no es así. No somos nosotros, sino Dios mismo es el que pone las condiciones para entrar al cielo.

Si alguno piensa llegar a la presencia de Dios mediante sus propios esfuerzos y obras, esto es lo que Dios exige:

  • a) Permanencia: «Maldito todo aquel que no PERMANECIERE en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas«. Dios exige que aquel que quiera llegar a Su presencia mediante sus propios esfuerzos debe PERMANECER en obediencia a la Ley de Dios, es decir, vivir cada segundo de la vida, desde la concepción hasta la muerte, sin haber cometido siquiera un solo pecado.
  • b) Perfección Absoluta: «Maldito todo aquel que no permaneciere EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, para hacerlas«. No solo se debe permanecer en obediencia, sino que esta obediencia permanente debe abarcar TODA LA LEY, es decir, no debe haber siquiera un solo mandamiento que no sea obedecido.

Nadie, con exepción de Uno, ha logrado vivir de esa forma. Debido a que desde el vientre somos pecadores, manchados con el Pecado Original, y, además, en el tiempo esta condición se manifiesta en nuestros pensamientos y obras, entonces lo que Dios nos exige es imposible de cumplir para nosotros. No somos pecadores porque pecamos, sino que pecamos porque somos pecadores. Con toda razón Pablo deduce que «todos los que dependen de las obras de la Ley están bajo maldición«, de manera que todos los que son condenados por la Ley como transgresores son considerados malditos, es decir, objetos de la ira de Dios y absolutos merecedores de tal condenación.

Sin embargo, hay Uno que si cumplió la Ley a la perfección. No solo eso, sino que la condenación que la Ley sostiene sobre la cabeza del transgresor fue cargada sobre Él, y Él la cargó y la consumió completamente con Su muerte. Su nombre es Jesucristo. Él, mediante Su muerte, pagó la deuda del pecador con la Ley de Dios, y consumió en Sí mismo toda la ira que Dios tenía sobre el transgresor. Y no solo eso, sino que Su perfecta obediencia nos es ofrecida como vestidura, de manera que no solo ya no tenemos deuda frente a Dios, sino que Dios nos considera perfectamente justos por causa de la justicia del Hijo de Dios. Este es el Evangelio, la Buena Nueva que Dios tiene para el pecador.

¿Cómo beneficiarnos de esto? Pablo nos lo dice al citar al profeta Habacuc: «El justo por la fe vivirá«. Creer es lo que debemos hacer. El que cree en Jesucristo será salvo, ese es el mandamiento. No hay salvación para el incrédulo, ni hay esperanza fuera de Jesucristo. Solo en Él tenemos salvación, y fuera de Él solo queda esperar la ira y el justo castigo de Dios por el pecado.

¿Y que es lo que debemos creer? Debemos creer lo que Dios dice de nosotros por medio de la Ley, es decir, que somos pecadores, totalmente aborrecibles y merecedores de la ira de Dios. Debemos aceptar que si Dios nos condena al infierno lo tenemos bien merecido, porque nuestras obras son malas, y no hay obra buena que hagamos que nos pueda salvar. Debemos creer que Jesucristo, el Hijo de Dios, Dios hecho hombre, cargó sobre Él el castigo que nosotros mereciamos, por amor a nosotros. Debemos creer que el Justo fue entregado por los injustos, y que Su justicia ahora es nuestra justicia. Debemos creer que Jesucristo, debido a Su perfecta justicia, fue resucitado al tercer día y ahora está a la diestra de Dios Padre. En otras palabras, debemos creer que si Jesucristo prometió salvarnos si creemos en Él, entonces Él lo va a cumplir. Y esto debe creerse porque es Palabra de Dios y es, entonces, verdad absoluta.

Jesucristo dijo que al que a Él va, no le echará fuera (Juan 6:37). Y lo que Él promete, Él lo cumple, porque no es como nosotros, que prometemos y no cumplimos. Quiera Dios concederte fe en Su Hijo Jesucristo y que seas contado entre Su pueblo, no por tus obras, sino por Su buena voluntad. Y si crees esto, entonces debes saber que Dios te ha salvado, no tu fe en Él, porque no es por obras, sino por Gracia.

Dios te bendiga…

12 comentarios

  1. […] Salvación por Gracia, Salvación por Obras Ver artículo completo en su fuente original: Reformado reformándome Comparte este artículo con tus amigos en facebook: […]

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  2. Marcelo, constantemente leo tus entradas en esta blog, sigo tus planteamientos y las estructuras de tus exposiciones; pero me parece muy inquietante y ambiguo el decir que «Quiera Dios concederte fe en Su Hijo Jesucristo y que seas contado entre Su pueblo, no por tus obras, sino por Su buena voluntad. Y si crees esto, entonces debes saber que Dios te ha salvado, no tu fe en Él, porque no es por obras, sino por Gracia.»; porque en cabezas esta oración «Quiera Dios concederte fe en su hijo Jesucristo» y despues dices «, no tu fe en ÉL,» parece que hubiera una contradición en tu conclusión, despues de tratar el tema biblicamente bien estructurado.

    Para un recien nacido o alguien que este creciendo en el conocimiento del unico Dios, tres veces Santo. Esto puede traerle algun conflito en su mente.

    Con humildad pido se evalue, la composición gramatical del ultimo parrafo
    por amor de los hermanos más sencillos. Oh! puedes ampliar esta conclusión para retirar la ambiguedad.

    Gracias por la atención prestada, deseandote más abundante gracia de nuestro amante Salvador y Señor Jesucristo.

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    • Hola Rodrigo, espero que estés bien.

      La autoría de esta entrada es mía, no de Marcelo; por lo tanto, cualquier responsabilidad recae sobre mí.

      Realmente no veo ambigüedad alguna en lo que escribí para concluir mi artículo; al contrario, mi intención es dejar claramente establecido que la salvación está en manos de Dios, y todo mérito en ella se le debe atribuir solo a Él.

      Dios es Quién concede la fe salvadora al hombre, esa es una verdad Bíblica (Efesios 2:8; Filipenses 1:29). De esta verdad se desprende como conclusión que aquel que cree en Jesucristo para salvación ha sido salvado por el Dios que le dio aquella fe, lo cuál implica, finalmente, que no es la fe en sí misma lo que salva, sino el Dios que concede tal fe. No hay contradicción alguna, no hay nada que aclarar. Al contrario, es una verdad reconfortante saber que el Dios que nos dio la fe para creer en Su Hijo es el que va a sostener aquella fe, que muchas veces parece ser tan débil.

      Más claro ni el agua, más reconfortante ni el descanso. Y es algo que puede entender cualquier persona. Y si tiene dudas, pues que pregunte y se le aclararan.

      Dios te bendiga…

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      • Claudio, gracias por responder. No tengo la minima intención en contradecir una verdad biblica como es «La Salvación es de Jehová» desde el principio hasta el fín.

        Solo observo en tu conclusión algo, que en mi modesta opinión, parece ambiguo; así como finalmente lo explicas y amplias en tu respuesta. Gracias.

        Bendiciones en Cristo.

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      • Y apoco no son estas obras que nos pidira nuestro señor jesucristo en su segunda avenida nos dice, tube hambre y me diste de comer, estube desnudo y me vestiste, estube enfermo y me visitaste, estube preso y fuiste a verme, etc etc, y si no hiciste todo esto iras a fuego eterno. Es mi humilde opinion, por que hay que tener fe en que cristo es nuestro savador pero tambien nos deja un trabajo que continuar con sus obras de misericordia, todo arbol se conocera por su frutos

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      • La lógica no es ‘si no lo hiciste, al infierno’, sino ‘si no lo hiciste no tuviste fe, entonces al infierno’. Las obras, por importantes que sean, no son causa ni fundamento de la salvación. Debemos obrar el bien, pero no para salvarnos del infierno, sino para agradecer a Dios por lo que ya ha hecho por nosotros.

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  3. Rodrigo, Claudio no erra en su escrito, porque esa es también la forma en la cual habla la Escritura. Somos salvos por fe y somos salvos por Cristo, pero no debemos entender los dos «por» de la misma manera. Cuando la Biblia dice que somos salvos por fe, quiere decir que la fe es el instrumento que Dios usa para aplicarnos las bendiciones de la salvación. Cuando dice que somos salvos por Cristo, se refiere a que Cristo es quien da el mérito para que el pueda aplicarnos la salvación. La fe es el instrumento, Cristo da el mérito. Sin que Dios nos de fe es imposible ser salvos, pero la fe no tiene mérito en si misma para que Dios pueda salvarnos, el mérito es de Cristo.

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  4. hermanos queridos: no nos hagamos bolas como dicen los salvadoreños , la biblia dice que por fe somos salvos no por vista , o por obras . cuando dice por fe , es porque creemos en cristo aun sin haberlo visto y es alli donde somos bienaventurados como dijo jesucristo . y eso lo confirma , romanos 1o:9 bendiciones

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  5. Aqui no saben cuales son las obras de la ley
    El libro de la ley y las obras de la ley obras de la ley – tipo errada de la ley de moises con legalismos (takanot) mas bien interpretaciones creatiba que estan fuera de la ley de moises. A hora con este entendimiento todos los que estan sujeto a las obras de la ley estan bajo maldicion. Libro de la ley -torah (intruccion) todo el que no permanese fiel mente al libro de la ley (torah) .quire desi que los que andan en las interpretaciones creatibas inbenciones de hombres (obras de la ley) hoy endia conosida como talmud esos son los que estan bajo maldicion pero son veditos los que obedesen el libro de la ley(torah)

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    • Es extraño lo que dices, porque introduces una distinción que ni la Ley ni Moisés tienen en cuenta al hablar de la Ley en esos pasajes Pablo cita la Ley de Moisés, pasaje que fue escrito en un tiempo en que no había Talmud alguno. Luego, en contexto, la Ley en Gálatas y en la Torah se refiere a la Ley Mosáica, no a las interpretaciones de esta.

      Lo que afirma no tiene justificación ni en la Torah ni en Gálatas.

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