«Ya que la Escritura es la Palabra de Dios y el Espíritu Santo su autor, nadie tiene el derecho de interpretarla.» Esa es la tesis que el Rev. Ronald Hanko defiende en esta entrada de la serie; su argumentación está basada en 2 Pedro 1:20-21 y no es más un llamado al correcto uno del principio fundamental de la interpretación bíblica: La Biblia es propio intérprete.
Disfruten de la lectura.