La insensatez de la incredulidad

     La declaración y el desafío central de la apologética cristiana se expresa en la pregunta retórica de      Pablo: “¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” (1ª Corintios 1:20). Los ataques críticos que    se dirigen contra la fe cristiana en el mundo del pensamiento no pueden enfrentarse con respuestas  poco sistemáticas ni apelando a las emociones. A la larga, el creyente debe responder a la arremetida  del no creyente atacando la posición del incrédulo en sus fundamentos. El cristiano no puede ni debe  construir por siempre y de manera defensiva respuestas simplistas a la interminable variedad de  críticas presentadas por la incredulidad. Debe tomar la ofensiva y demostrar al no creyente que NO  tiene un punto inteligible donde posarse, porque no es consistente y no tiene ni una justificación para  su discurso, argumentación o prédica. La seudo sabiduría del mundo debe ser reducida a insensatez, en  cuyo caso ni una de las críticas del no creyente tiene fuerza ni validez alguna. Seguir leyendo