En este artículo analizaremos los argumentos generalmente empleados en favor de la ordenación de mujeres para el ejercicio de actividades en la Iglesia de Jesucristo.
Pregunta #1 ¿No creó Dios originalmente al hombre y a la mujer iguales? ¿Cuál es la base, pues, para impedir que la mujer sea ordenada?
Respuesta: De hecho, leemos en Génesis 1 que Dios creó al hombre y la mujer a su imagen y semejanza. Sin embargo, leemos en el relato más detallado de Génesis 2 que Dios les dio papeles diferentes, dando al hombre el papel de liderar y cuidar de la mujer, y a la mujer el papel de ser su ayuda, en sumisión. Esta diferenciación es percibida por Pablo en el orden en que fueron creados (primero el hombre y después la mujer, 1 Corintios 11:8) y en el propósito para lo cual fueron creados (la mujer fue creada por causa del hombre, 1 Corintios 11:9). La igualdad de creación, por tanto, no anula la diferencia de funciones establecidas en la misma creación. Sigue leyendo