Las Objeciones de Romanos 9: N°1 Poniendo en Duda la Fidelidad de Dios (Romanos 9:6a)

Dios es Fiel

Una de las cosas que siempre me ha llamado la atención de Pablo es su forma de enseñar, especialmente en la Epístola a los Romanos. La forma en que usa una especie de método socrático para sostener sus afirmaciones es magistral y apologéticamente muy interesante. Un buen apologeta no solamente debe manejar lo que sabe de manera firme y flexible, sino que debe ser capaz de adelantarse a las posibles objeciones de su interlocutor, y Pablo en esta área demuestra ser una joya reluciente, forjada por Dios mismo.  Es por esta razón que vemos a Pablo una y otra vez adelantándose a las posibles objeciones que sus oponentes podrían presentar, defendiendo y fortaleciendo su posición como un soldado firme y dispuesto a defender su puesto y atacar lo que se interponga en su camino.

Ejemplo de esta magistral habilidad la encontramos en su tratado sobre la elección soberana que encontramos en Romanos 9. Allí, Pablo nos va enseñando sobre esta fundamental doctrina, agregando una idea tras otra usando de apoyo las mismas posibles objeciones que su interlocutor pudiera presentar. Por lo tanto, considero que si logramos entender correctamente estas objeciones (que significan, el porque de las mismas y la forma en que Pablo las derriba una por una) nos dará mucha claridad para entender este hermoso capítulo de la Escritura y, a su vez, armarnos contra quienes cierran los ojos ante la verdad evidente y consoladora de la elección soberana, es decir, que nuestro Santo y Soberano Dios ha elegido de entre todos los hombres a unos para salvación en Cristo Jesús y a otros para condenación por el pecado, sin tomar en cuenta sus obras, sean estas buenas o malas, ni nada en ellos, sino solamente de acuerdo a Su libre voluntad.

Vamos, entonces, a analizar estas objeciones y extraer lo que Dios, a través de Su siervo Pablo, nos ha querido enseñar.

Romanos 9:6a: Poniendo en Duda la Fidelidad de Dios

No que la palabra de Dios haya fallado…

Antes de analizar esta objeción, recomiendo leer detenidamente el contexto cercano, es decir, los vs. 1-9 de Romanos 9.

a) Una Objeción Implícita: Pablo generalmente presenta las posibles objeciones en forma de preguntas, pero aquí pasa directamente a la respuesta sin mostrarnos  que es lo que se propone responder. Por esto decimos que tenemos aquí una objeción implícita.

Vemos que esta objeción implícita va dirigida a “la palabra de Dios” afirmando que ésta “ha fallado”. Si seguimos el contexto cercano veremos que las expresiones “la palabra de Dios” y “la promesa” son usadas de forma sinónimas haciendo referencia a lo mismo, es decir, a la promesa de Dios de dar descendencia a Abraham y bendecirla con Su favor. Entonces, esta objeción pone en duda la fidelidad de Dios, implicando que Dios no ha cumplido Su promesa.

¿De que “promesa” está hablando Pablo? Vemos que en el vs. 9 se nos habla de la promesa de un hijo para Abraham, Isaac, lo que nos lleva al libro de Génesis. Dios prometió a Abraham que seria padre de muchas gentes, y que naciones saldrían de él (Génesis 17:1-8,15-16). Implícita en esta promesa está la salvación de su descendencia, pues también está escrito que a su simiente, que es Cristo, fueron hechas las promesas (Génesis 12:7; Gálatas 3:8), y es por medio de Cristo que los elegidos reciben la herencia, es decir, son bendecidos con la salvación y mucho más (Gálatas 3:25-29). Tal simiente, Cristo, vendría mediante el hijo de la promesa, Isaac.

Entonces, tenemos que la descendencia de Abraham sería bendecida por Dios mediante Cristo, el cuál vendría mediante el hijo de la promesa, Isaac. Sin embargo, ante esto nuestro objetor implícito presenta una dificultad, y pregunta ¿Ha fallado la promesa de Dios?

b) El Motivo de la Objeción: ¿Qué causa que nuestro oponente haya inferido tal dificultad? ¿Qué le movió a poner en duda la fidelidad de Dios? La respuesta a estas preguntas la encontramos en los vs. 1-5. Allí Pablo nos confiesa su dolor continuo por la incredulidad de sus parientes en la carne, los cuales son Israelitas. Allí nos menciona, también, que es a los Israelitas a quienes Dios bendijo con múltiples bendiciones (vs. 4-5).

Ante el contraste entre la bendición de Dios y la incredulidad de los Israelitas, nuestro objetor piensa: – ‘Si Dios ha bendecido a Israel de sobremanera, pero hay Israelitas que son incrédulos y muchos han ido al infierno como castigo por sus pecados, es decir, han recibido la maldición de Dios, entonces ¿Dónde queda la fidelidad de Dios? ¿Acaso Él no sería Dios de ellos y ellos serían Su pueblo, según Su propia palabra (Génesis 17:7-8)? ¿Cómo es que, entonces, hay integrantes de Su pueblo que no tienen la bendición de la fe en Cristo y no creen en Él? Parece que Dios no ha cumplido Su promesa’. Según él, hay una contradicción entre lo prometido y lo manifiesto. Dios prometió bendición a la descendencia de Abraham, pero mucha de aquella descendencia ha sido maldecida por Dios mismo debido a la incredulidad de ellos. ¿Dónde está la fidelidad de Dios a Su promesa? ¿Ha fallado Su palabra?

Ante esta posible objeción, Pablo responde diciendo: – “No que la palabra de Dios haya fallado…”. ¿Cómo sustenta su respuesta Pablo? Vamos a los vs. 6-9 para responder esta pregunta.

c) Respondiendo a la Objeción: Pablo nos dice que no ha fallado la palabra de Dios, que Su promesa se ha mantenido firmemente en pie. ¿La razón? “…porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.” (Romanos 9:6b-7). En otras palabras, la bendición de Dios siempre tuvo por objeto a otro tipo de descendencia proveniente de Abraham, los llamados “hijos según la promesa” (vs. 8), aquellos que descienden de Abraham de acuerdo a la promesa de Dios, a Su llamado o elección soberana.

Vemos en Génesis 17 que Dios le promete a Abraham descendencia. Dentro de la promesa, Dios dijo a Abraham que le daría un hijo por medio de Sara, siendo ambos de edad muy avanzada (Abraham de cien años, y Sara de noventa). Abraham tenía en mente a su otro hijo como el recipiente de la promesa, Ismael, quién fuera concebido por la esclava de Sara, Agar. Sin embargo, la elección de Dios es la que guía la promesa, y es por medio de Isaac que la descendencia de Abraham seria llamada (Romanos 9:9).

Tenemos, entonces, que Abraham fue padre por descendencia natural de dos hijos, Ismael e Isaac, pero la promesa de Dios solo iba dirigida a uno de ellos, Isaac. De aquí Pablo concluye que no son hijos de Abraham según la promesa los que descienden naturalmente de Abraham (e incluye en esto a todos los Israelitas), sino aquellos que descienden de él según la promesa de Dios, la cuál está regida por Su llamado soberano, Su elección, como Pablo mismo nos lo dice: “Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.” (Romanos 9:8).

En conclusión ¿Ha fallado la palabra de Dios? ¿Ha sido Dios infiel a Su promesa? ¡De ninguna manera! Dios si ha bendecido a Israel, pero no al Israel según descendencia natural, sino al Israel según descendencia espiritual, los llamados según la promesa de Dios (Romanos 2:28-29). Aquellos Israelitas que han perecido en incredulidad no tienen garantizada la promesa por ser simplemente descendientes según la carne de Abraham, de manera que la condenación de ellos demuestra simplemente que la promesa no iba dirigida a ellos y que no eran descendientes de Abraham sino solo de nombre. La elección de Dios ha bendecido al verdadero Israel, los “hijos según la promesa”, y la palabra de Dios no ha fallado. Dios se ha mantenido fiel a Su palabra.

d) Algunas Conclusiones Adicionales: De estas palabras de Pablo podemos sacar algunas conclusiones importantes para tener en cuenta:

– Dios es fiel. Si Dios promete algo, Él lo cumple y no hay nada que detenga Su mano, ni nuestro pecado ni nuestras multitudes de fallas. Dios ha prometido salvar al que crea en Cristo, y Dios va a cumplir Su promesa, porque “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Números 23:19).

– Podemos aprender mucho en cuanto a exégesis analizando las interpretaciones que tanto Pablo como el resto de los escritores novotestamentarios dieron a los pasajes del Antiguo Testamento. Creo que una buena idea sería escribir un libro de principios de exégesis Bíblica basado en tales interpretaciones. Quizás algún día, si Dios así lo quiere y me habilita para ello, lo haga.

– Entre Pablo y su oponente vemos una diferencia importante: mientras Pablo afirma basado en las Escrituras, su oponente lo hace basado en lo que ha experimentado. Uno anda por fe, el otro por vista. Muchos Arminianos tienen como fundamento de sus objeciones en contra de la Preservación y Perseverancia de los Santos lo que han experimentado, el cómo muchos que han confesado creer en Cristo abandonan la fe que han dicho tener. Contrario a esto, nosotros debemos creer en la Escritura, en que Dios es fiel a Sus promesas. Es por medio de las Escrituras que debemos juzgar la experiencia, no al revés.

– La extrema distinción entre Israel y la Iglesia que fomenta el Dispensacionalismo queda totalmente anulada por la respuesta de Pablo. Para Pablo, el Israel carnal no es el verdadero Israel, sino que el verdadero Israel es el espiritual, aquellos que descienden espiritualmente de Abraham según la promesa de Dios, la que se manifiesta mediante el don de la fe en Cristo, e incluye tanto a Judíos como a Gentiles (Romanos 9:24-26). La Iglesia no es un ‘paréntesis’ ni un ‘plan de contingencia’ de parte de Dios mientras los Judíos vuelven a la fe, sino que la Iglesia misma es el verdadero pueblo de Dios, el verdadero Israel (1 Pedro 2:9-10). Si eres creyente en Cristo, en el verdadero Cristo de las Escrituras, eres hijo de Dios, descendiente de Abraham, coheredero de la promesa dada a Cristo y, además, eres parte del pueblo de Dios, un verdadero Israelita.

– Tu que vas a la Iglesia, que has nacido en cuna Cristiana, no te confíes en los lazos familiares ni en ciertas practicas Cristianas como garantías de que Dios te bendecirá. Debes creer en Cristo Jesús por ti mismo, confiar solo en Él para perdón de pecados y justificación, y desechar toda confianza en cualquier vínculo que te haga pensar que por causa de ello Dios te bendecirá. Así como los Israelitas descendientes de Abraham según la carne no tenían asegurada la promesa por tal tipo de descendencia, tú tampoco. Que tu única garantía sea lo que Cristo es y ha hecho en lugar del pecador. Cristo, y solo Cristo, debe ser tu único refugio. Solo en Él todas las promesas han sido cumplidas (2 Corintios 1:19-20), sin Cristo lo demás no tiene valor alguno, sino que se convierte en maldición.

En fin, nuestro oponente imaginario no se detiene, sino que sigue poniéndonos obstáculo tras obstáculo, pero cada uno de ellos es magistralmente derribado por Pablo. En nuestra próxima entrega, veremos como nuestro oponente pone en duda la justicia de Dios, y cómo Pablo desecha tales palabras de manera definitiva.

Dios les bendiga…

SOLI DEO GLORIA

18 comentarios

  1. Seguimos aprendiendo de la apologética de Pablo. Una preguntá ¿entonces unos son condenados al infierno y otros a la salvación por la voluntad de Dios?

    ¿Dios tienen a sus escogidos?

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  2. […] de Dios, Romanos 9, soberanía de Dios Ver artículo completo en su fuente original: Reformado reformándome Comparte este artículo con tus amigos en facebook: […]

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  3. prudentes palabras : «la extrema distincion entre Israel y la Iglesia que fomenta el Dispensacionalismo», porque así se puede tambien recordar la extrema confusion que hace de la Iglesia el nuevo Israel. La cosa, me parece, no es correcta ni en un lado ni en el otro. Es verdad que se puede aplicar cosas que pertenecen a Israel a la Iglesia, pero de hacer la Iglesia el Israel de Dios es lo propio del catolicismo que dice que la Iglesia es la nación elegida y así afirma su postura postmilenarista y le niega al Israel nacional las promesas de Dios que la restablecerá como la primera de las naciones, cuando Cristo se sentará sobre el trono de David su padre(ancestro) terrenal por parte de Maria y José el padre adoptivo. Igualmente decir que los judiós que se convirtieron no forman parte de la Iglesia es un absurdo. Las cosas no son tan sencillas…

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    • La cosa es bastante más sencilla de lo que parece, y clara a la luz de las palabras inspiradas de Pablo. La pregunta no es si los Católico-Romanos coinciden en esto, sino si es Bíblico.

      Claramente el verdadero Israel reinará, pero éste Israel es aquel pueblo que Dios eligió para Sí mismo antes de la fundación del mundo, formado por judíos y gentiles. Esto no implica Postmilenarismo alguno, mucho menos siendo yo Amilenialista.

      Saludos!!!

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      • Hermano si eres amelinialista,es justamente porque como los postmelimialistas, asimilas el Israel nacional a la Iglesia universal. Esto es sencillo: si tu interpretación recurre facilmente a la alegoria llegas automaticamente al amilenialismo, o al postmilenialismo y si evitas recurrir al metodo de interpretacion alegorico y te atienes, cuando tiene sentido al metodo historico-gramatical, llegas automaticamente al premilenialismo, pero no automaticamente al dispensacionalismo. Spurgeon era premilenialista, no dispencionalista, ni amilenarista. En ambos lados hay grandes teologos implicados y no es tan claro que las Escrituras nieguen la una o la otra opción…Respeto a mis herrmanos amelinarista y recibo mucho de ellos aunque no en escatologia. Saludos fraternales.

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  4. Solo un par de ejemplos Gilberto:

    «Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.»

    Romanos 2:28-29

    «No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.»

    Romanos 9:6-7

    Contrario a lo que dices, lanzando los fundamentos del Amilenialismo al ámbito de la alegoría per se, no hay que ‘alegorizar’ mucho estos claros pasajes, los cuales son bastante claros y literales. Afirmar, entonces, que los Amilenialistas recurrimos a la ‘alegoría’ para fundamentar nuestra posición es publicidad engañosa y mala.

    Te invito a leer un artículo que escribí respecto al Israel Espiritual y el Israel Carnal: https://reformadoreformandome.wordpress.com/2010/08/06/el-israel-carnal-el-israel-espiritual-y-la-promesa-de-dios/

    Saludos!!!

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    • «Y a todos los que andan conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos , y al Israel de Dios»: Gal.VI; 16. Como sabes esta epistola está escrita a una iglesia gentil que estaba siendo turbada por unos judios.Y ¿Que dirás de Ro.IX; 3O y 31? «Que los gentiles que no iban tras la justicia, han alcanzadola justicia que es por fe…mas Israel que iba tras una ley..» Y que tal la promesa hecha a Cristo de sentarse sobre el trono de David sur padre…Te aconsejo :»Premilenialismo de Ryrie,,,

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      • No veo el punto de Gálatas 6:16 ni en qué sentido invalida el Amilenialismo. El «Israel de Dios» pueden muy bien ser los judíos convertidos al Cristianismo que no andan judaizando a los gentiles, sin que esto excluya a los gentiles del «Israel de Dios». Nada de esto contradice el Amilenialismo.

        Romanos 9:30-31 no habla del Israel espiritual, sino que se enfoca en judíos y gentiles como tal, como dons grupos de hombres según su origen terrenal. No es un pasaje que invalide el Amilenialismo.

        Con respecto al Trono de David, no se refiere a un Trono hecho de materiales terrenales ubicado en Israel a futuro, sino al reinado de Cristo sobre el verdadero Israel, y éste reinado claramente está cumplido, porque Cristo TIENE un reino (Colosences 1:13). Cristo ES Rey sobre Su pueblo. Tal promesa ha sido cumplida.

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  5. Respeto tu posición, pero es algo que ya he estudiado leyendo por ejemplo el libro del amelinerista: «La profecia de las 70 semanas » del eminente escritor y pastor argentino el Dr Fernando Saravi. Pero no me convence.Has citado pasajes de la Escritura que no se alegorizan y citan a judios que son creyentes, es decir cristianos, pero sabes perfectamente que tenéis que recurrir a la alegorización en muchos pasajes del AT, para refutar leas profecias concernientes al futuro de la nación de Israel. No es un debate que nos conviene pues a la verdad, que tengas la razon o que tenga la razon no va a cambiar la Historia. Y el hecho es que aquí está Israel despues de casi 2000 años» poniendo en peligro», (según los que temen que Israel vuelva a ser la nación Numero 1), la paz mundial, y cumpliendo las profecias que no pertenecen a la Iglesia.: «Y reuniré a todas las naciones para combatir contra Jersusalén; y la ciudad será tomada…luego saldrá Jehová y peleará contra aquellas naciones como peleó en el día de la batalla. Y vendrá Jehová mi Dios y con Ël todos los santos, y se afirmarán sus pies sobre el monte de los Olivos que está en frente de Jerusalen al Oriente…Y Jehová será rey sobre toda la tierra». Jesus se sentará sobre el trono de David, y el trono de David no está en el cielo, estárá de nuevo en una nueva y gloriosa Jerusalén terrenal.Es lo que creo. No vas a perder tu salvación por no creer esto, ni yo por no creer lo tuyo. Pero el hecho es que ese debate ya lo han debatido grandes teologos de ambos lados y no me interesa debatirlo, al que le interesa el premilenialismo, me encanta hablar de esto, pero al que lo rechaza no me interesa el debate, pues va a ser de poco provecho.Lo esencial por ahora es la pelea por la fe no por el calendario. Tienes el tuyo, tengo el mio uno de los 2 está equivocado, hablaremos de esto en la eternidad….o !en el Milenio!

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    • No me molesta en nada la crítica; lo que me molesta es la publicidad engañosa; de ahí mi insistencia en responder. La exégesis de los pasajes del AT que se refieren a Israel en términos terrenales nace, precisamente, de la exégesis que los mismos escritores del NT hicieron de tales pasajes. Hay que interpretar literalmente, y esto incluye la poesía, la alegoría, etc. que detrás del simbolismo sostienen un significado literal, pero hay que evitar el literalismo. Que reconozcamos las alegorias por lo que son no quiere decir que alegoricemos todo. Por lo menos, en el artículo actual y el que te presenté, los vs. y su interpretación son bastante claros y literales.

      No voy a condenarte por la posición que sostienes, pero la considero erronea. Sin embargo, el objetivo de este artículo es otro.

      Saludos…

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  6. El hecho de que Israel ha vuelto sobre la escena internacional desde 1948, y ocupa la portada de los periodicos muy a menudo y pone en jaque a todos los intentos de la ONU, es un hecho que ninguna exegesis podrá tapar aunque sea de muy alta calidad. Y esto despues de una segunda guerra mundial cuyo promotor Hitler era dedicado al extermio de los judíos…Perdoname pero creo en un Dios que dirige la Historia, y que pondrá sus pies sobre el monte de los Olivos al Oriente de Jerusalem; la del Medio Oriente. Sin embargo voy a dejar de hacer mi publicidad, aunque no es engañosa… Saludo fraternal

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    • Como Cristianos, debemos ver el mundo con los ojos de Dios, es decir, con la Palabra de Dios como fundamento. Por eso, prefiero una buena exégesis que me permita interpretar con certeza los hechos que me rodean. Tu también deberías pensar lo mismo.

      Al igual que tú, creo en un Dios absolutamente Soberano, y el Amilenialismo concuerda competamente con esto.

      Con respecto de a publicidad, me refiero a que no exponen la posición Amilenialista de manera correcta. Solo eso…

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      • Hola Claudio, aprecio tu respuesta. Mi exegesis ciertamente no tiene la solidez de la tuya, pero concuerda con maestros que tienen más solidez que la tuya. Quizas te parezca que Spurgeon necesitaba que le explicaras que el Milenio es un mito. Tambien Pink,un gran teólogo, empezó como milenarista, despues unos le convencieron de adoptar la posición amilenarista, pero murió como premilenialista. No citaré los primeros padres de la Iglesia que fueron casi todos milenaristas. Lo que quiero afirmar, es que no es una cuestion de ser un maestro en exegesis y en hermeneutica para determinar cual es la escuela que tiene la razón. A no ser que digas que todos los maestros milenaristas son unos ignorantes, no puedes sugerir que el que ve el mundo con los ojos de Dios, y tiene como fundamento la Escritura ha de ser amilenarista automaticamente. Sé que hay grandes maestros amilaneristas, y me instruyen tambien. ¿Serás capaz de decir lo mismo: que hay grandes maestros milenaristas? Has construido tu escatologia sobre el fundamento amilenarista, y creo que estás equivocado. He construido la mía sobre el fundamento milenarista y crees que estoy equivocado.Todo depende sobre cual fundamento empezamos a construir; sobre que clase de interpretación. Pero el fundamento de nuestra escatologia es una forma de interpretación de la Biblia, no es que la Biblia dice el amilenarismo es la verdad, o el Milenio es literal…Entiendo y respeto tu posición, y unos amilenaristas me han ayudado en ciertos puntos a mejorar mi escatologia premilenialista (por ejemplo la vision que tienen del Anticristo como el papa de Roma, siempre me ha convencido). Me parece que tu forma de ver es , si no me equivoco: «nosotros . los que somos preparados, sabemos que el amilenarismo es la verdad, mientras que los que no son tan preparados como nosotrso caen en fabulas infantiles como el premilenialismo». Esta forma de pensar , y espero que no sea la tuya , no es correcta, Hay grandes maestros a, post y pre milenialistas…No es cuestión de erudición sino de convencimiento personal. Pronto sabremos de todas formas, mientras tanto intentemos caminar humildemente…

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  7. Reblogged this on CRISTIANO REFORMADO.

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  8. […] En el artículo anterior vemos cómo Pablo responde una objeción implícita nacida de la situación actual del pueblo de Israel en su tiempo, a saber, que la promesa de Dios contrasta con la incredulidad del pueblo de Israel, dando la impresión superficial de que la promesa de Dios había fallado. Pablo responde esta objeción afirmando que los hijos de la promesa son aquellos a quienes Dios ha elegido para salvación, y no los descendientes carnales de Abraham. Para más información, pueden leer el artículo anterior AQUÍ. […]

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