Reforma o Avivamiento: ¿Qué necesita la iglesia?

Nos gustaría acordar con muchos que la iglesia visible hoy está en una triste condición, rasgada, débil y comprometida. Pero no creemos que el avivamiento, como se entiende comúnmente, sea la respuesta.

No tenemos objeción a la palabra “avivamiento,” ya que es usada en la Escritura. Creemos, sin embargo, que el tipo de avivamiento que la gente quiere y ora no es el tipo de avivamiento del que habla la Escritura. Tampoco creemos que la idea popular de avivamiento sea el tipo de cosa que necesite la iglesia hoy.

Creemos esto porque la única palabra que siempre viene cuando se habla de avivamiento es la palabra “extraordinario.” El avivamiento mismo, de acuerdo a todos lo que hablan de él, es algo extraordinario e involucra un extraordinario número de conversiones, extraordinarias manifestaciones del Espíritu, etc.

Lo que la iglesia necesita no es algo extraordinario, sino que cosas ordinarias (ordinarias, al menos hasta donde concierne a la Palabra de Dios). Antes de que la iglesia ore por un número extraordinario de conversiones, ella necesita hacer el trabajo ordinario de cuidar y enseñar a los miembros que ella ya tiene. Esto raramente se hace.

Antes de pensar en extraordinarios dones del Espíritu, necesitamos tener los dones ordinarios del Espíritu, buena vida cristiana (Gálatas 5:22-26), enseñanza y predicación de todo el consejo de Dios (Hechos 20:27), gobierno eclesiástico bíblico (no de una persona, sino que de presbíteros) y un culto bíblico (Juan 4:24). Tristemente eso está faltando en la iglesia.

Aquel retorno a las cosas ordinarias de la Escritura (realmente no tan ordinarias), preferimos llamarlo “reforma,” no “avivamiento,” aunque no seamos tan quisquillosos con las palabras.

La gran reforma protestante del siglo dieciséis fue una verdadera reforma en ese sentido. Fue un retorno a las Escrituras, a las doctrinas de la escritura, a predicar y enseñar todas las verdades de la Escritura, al gobierno bíblico, la disciplina y el culto.

Esas cosas y muchas otras cosas “ordinarias,” desesperadamente necesitadas en la iglesia, están perdidas. Los niños de la iglesia no son instruidos; los cultos familiares son una cosa olvidada. La observancia del Día del Señor ha desaparecido. Las iglesias que tienen presbíteros, a menudo son ignorantes de su llamado y la elección de los presbíteros en muchos casos es un concurso de popularidad o una competencia política. El culto es una cosa de formalismo. La disciplina está completamente perdida. La predicación degenerada en un comentario politico o un llamado a la acción social. Muchas doctrinas de la Escritura son casi completamente olvidadas.

Sólo para dar un ejemplo doctrinal de lo que decimos: entre otras cosas de la reforma del siglo dieciséis fue el retorno a la gran doctrina bíblica de justificación sólo por fe sin obras. Esta doctrina no sólo es raramente predicada hoy, sino que difícilmente uno de cada diez cristianos pueden explicar lo que ella significa. Aunque el entendimiento de esta verdad es lo que lleva a la paz para con Dios a través de Jesucristo (Rom. 5.1). Lo mismo pasa con muchas otras doctrinas.

Creemos que el actual interés en el avivamiento es sólo un deseo de “arreglar rápido” los problemas de la iglesia, cuando las cosas que realmente necesita son el difícil trabajo de hacer las cosas ordinarias que la Palabra de Dios llama a hacer a la iglesia. Ese trabajo pertenece a los oficiales y miembros de la iglesia. Por medio de ese trabajo la iglesia será reformada y renovada como fue necesario hace 500 años. Sin ellos no hay esperanza para la iglesia. ¡Quiera Dios en su misericordia concederlo!

Fuente: Reformation or Revival: What Does the Church Need? del Rev. Ronald Hanko

6 comentarios

  1. Muy buen articulo Marcelo, hoy necesitamos con urgencia un avivamiento, pero no de sensaciones ni de emociones vanas que no conducen a ningún crecimiento espiritual serio.
    La pobreza de la iglesia es evidente en la forma de nuestra adoración, hoy tenemos un culto antropocéntrico. El avivamiento que necesitamos es uno que centre nuevamente nuestra mirada en Dios y su palabra. La gran falla de la iglesia ha sido un evangelismo sin discipulado bíblico teocentrico.

    Saludos.

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  2. Hola Nestor!

    Exacto! El subtítulo del blog es «Volviendo a los principios de la Reforma» Eso es lo que necesitamos. Necesitamos volver a la Escritura y no a las sensaciones, sólo a la fe y no a las obras, sólo a la gracia y no a nuestros esfuerzos, sólo a Cristo y no al antropocentrismo, sólo a glorificar a Dios y no a nosotros mismos.

    Cuando hagamos eso no vamos a necesitar de ninguna cosa extraordinaria, más que el milagro de la regeneración, para tener una vida espiritual como Dios pide.

    Dios te bendiga

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  3. Esto es lo que necesitamos. Vamos con la igleisa por la vida a una velocidad que asusta, no termina de afiormarse un revival, que ya surge otro. No hay tiempo de formar liders, ni de aprendert tood loq ue se necesita, ni de debatir lo que no etsa claro o lo que quedo en le tintero.
    Muy bueno lo del gobierno presbitero, pero los pastores son muy pocos lo que tiene un equipo pastoral.Un pastor que se someta voluntariamente a un cuerpo de lideres opastorees que colaboren con el y el les rinda cuenta. Los pastores no le ridnen cuenta a nadie de su actos, estan muy solos.
    Buen articulo, Marcelo,ecelente.

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  4. Me alegro Marcelo de que ves el problema, pero la solución no la véis. El problema es que el cristianismo se ha alejado de la Biblia y de la gran doctrina de la salvacion por fe, no por obras. («Sola Fide» y «Sola Scriptura»). Esto lo vemos muchos, pero la solución no es una reforma del consistorio, o del presbiterio, o de cualquier organisación de ancianos. El problema hermano, está en la casa del pastor como de las ovejas. El problema es muy viejo, es entre la imagen y la Palabra. El protestantismo es la religion de la Biblia y el catolicismo es la religion de la imagen. El protestantismo ha engendrado una cultura del Libro, pero esta cultura ha colapsado en 50 años con la introdución de la TV en los hogares cristianos.Desde que se introdujó la imagen animada que habla en los hogares protestantes, ha comenzado una decadencia moral inexorable No se puede beber agua salada y agua dulce en la misma fuente. Desde que entró la TV en los hogares cristianos, la fuente se ha contaminado, lentamente pero irreversiblemente. La solucion es cortar el cable de la antena, pero esto no lo admitirán ni los pastores ni las ovejas…No obstante Jesus dice que si tu ojo te hace pecar mejar es arrancarlo. Claro que no hay tomarlo literalmente, no hay que volverse tuerto, hoy significa que¡ hay que desconectarse de la TV! El que tiene oido para oir oiga…

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  5. Con su permiso hermano, se lo copio. Gracia y paz de nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

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  6. Es muy triste, pero la realidad es que hemos llegado a una situación irreversible. La Iglesia protestante era la sal y la luz del mundo. Preservaba los valores de la moral cristiana y difundía el conocimiento del evangelio para los elegidos. Pero por medio de la TV el modelo patriarcal ha colapsado dentro de la familia, de la iglesia y de la sociedad. Goebbels el ministro de propaganda nazi conocia su trabajo y decia con su jefe Hitler que habia que repetir una mentira grande sin cesar y al fin la sociedad se comería el cuento. Ellos solo tenian la radio y la prensa pero alcanzaron sus metas. Hoy con la TV la mentira grande es que la mujer es igual en funcion como el hombre y asi todo ha colapsado. La iglesia era evidentemente la meta principal. La meta ha sido cumplida. Diles Marcelo a los feligreses que hay que restablecer el patriarcado en sus hogares y que esto demanda la explulsión del hogar del cauterizador de conciencias,(la TV), y verás la reacción… Pero si les hablas de una nueva formula de consistorio, ahi tendrás exito electoral, pero seguirá la ruina espiritual. Como tú dices; hay que volver a la Escritura no a las sensaciones.

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